Podría decir que la inspiración de quién soy hoy y a lo que me dedico, se la debo a mi abuelo y nuestra historia. Heredó una masía del siglo XII que pertenecía a la familia desde generaciones atrás. Como era una persona muy progresista, decidió permitir a los granjeros que se autogestionaran. Pero el resultado fue una tan mala gestión económica que terminó en la venta de la propiedad, dejando huella entre las crónicas de mis parientes.

Podría decir que la inspiración de quién soy hoy y a lo que me dedico, se la debo a mi abuelo y nuestra historia. Heredó una masía del siglo XII que pertenecía a la familia desde generaciones atrás. Como era una persona muy progresista, decidió permitir a los granjeros que se autogestionaran. Pero el resultado fue una tan mala gestión económica que terminó en la venta de la propiedad, dejando huella entre las crónicas de mis parientes.

Después de la universidad, tuve oportunidad de vivir en diferentes países: EE.UU., Israel, Nueva Zelanda, Bélgica y Francia. Empecé a documentarme sobre todo lo relacionado con las metodologías modernas de gestión y organización. Hasta que un día cayó en mis manos el libro «The seven day weekend» de Ricardo Semler, que me abrió los ojos: ¡una empresa autogestionada es posible!.

Cuando conocí, en 2.003, el «mundo Agile», que daba sus primeras pinceladas en el sector de la informática casi nadie apostaba por ello y ninguna empresa la usaba. No obstante, empecé mi Doctorado en Inteligencia Artificial en el CSIC, centrándome en sistemas multiagentes.

Desde entonces, mis aportes principales son mejorar la productividad de equipos desarrollando productos de tecnología punta y ayudar a empresas en fase de crecimiento a mantenerse innovadoras. Para lograrlo suelo usar métodos Agile, Sociocracia y ORSC.